Acostumbrarnos a cualquier sentimiento

Pasan las cosas más épicas en nuestras vidas y nos sentimos increíble, y un mes después nos sentimos igual que nos sentíamos antes.

Pasan las cosas más negativas y sucede lo mismo. Volvemos a un nivel estable.

Esto se llama “adaptación hedonista” y es nuestra tendencia a estabilizar nuestros niveles de felicidad y humor a pesar de que haya grandes eventos o cambios negativos o positivos en nuestras vidas.

Hay un debate entre si nos “acostumbramos” a los nuevos niveles o si nos ”autoregulamos” para volver a los niveles base.

Esta idea me ayuda mucho como modelo mental para pensar en mis metas y aprender a no asociar mi validación a la meta en sí, para entender que pasan cosas pésimas pero literalmente “this too shall pass” y que no hay ningún tigre.

Pero estas semanas he estado pensando mucho en cómo soy tan bueno con mi dieta y de repente un día pum todo se va por la ventana. Me como una dona y paso 1 mes comiendo malísimo (o más).

Algo de lo que me permite ser disciplinado es sentirme bien con lo que estoy haciendo, sentir valor en mí mismo, sentir que estoy reforzando una identidad. Las primeras semanas de esa dieta me hacen sentir increíble pero ese sentimiento va volviendo a la base, y si dejo de sentirlo, dejo de hacer las cosas que me hacían sentirlo. Ergo, las donas.

Entender esto es la primera parte, ahora viene mi proceso de buscar una solución. No sé cuál va a ser la verdad. No siempre tengo respuestas, solo preguntas 😂  Pero creo que hay algo en asignarle valor al proceso y no al sentimiento, valorar hacerlo independientemente de cómo me sienta y no el sentimiento épico en sí.

Les contaré.

‍