Nuestro Diseño de Vida es sólo una historia — es un cuento que nos contamos.
Pero un cuento muy poderoso.
Nuestro Diseño de Vida es la historia que nos contamos acerca de lo que puede ser nuestra vida si nos enfocamos en lo que realmente nos importa.
Es una historia que está informada por nuestra familia, por nuestra cultura, por nuestros amigos, por nuestras ideas de cómo debería de ser el mundo, por nuestros miedo y por nuestros anhelos. Pero es una historia.
Nuestro Diseño de Vida es una historia útil si nos engancha. Si no nos mueve, no nos vamos a interesar. Si no nos vemos reflejados en el personaje principal no la vamos a sentir posible y si no nos inspira no vamos a tomar acción.
También puede ser una historia que nos detenga, si la contamos mal.
La buena noticia es que si nuestro Diseño de Vida es una historia entonces podemos aprender a contarla mejor.
“Hay 2 tipos de historias que funcionan: las historias pequeñas sobre una cosa grande y las historias grandes sobre una cosa pequeña”.
Nick Bilton es un escritor y cineasta que trabaja para Vanity Fair, ha escrito para New York Times, Netflix, tiene películas en HBO, etc. En una entrevista que dio en un podcast y dentro de casi 20 consejos que da para escribir mejores historias nos da esa joya: convertir evrentos grandes en historias pequeñas y eventos pequeños en historias grandes.
Me emocionó apenas lo escuché porque lo que Bilton dice significa que no tenemos que limitarnos a contar la historia de algo, sino que podemos controlar la historia de algo.
¿Hay un evento más más grande que nuestra vida?
Nuestra vida son todos nuestros días, nuestros planes, nuestras metas, nuestros anhelos y nuestros miedos. También son los planes, metas, anhelos y miedos que otras personas tienen para y por nosotros. Todo eso sumado resulta en “grandísimo”.
Y cuando pensamos en eso tan grande, nos contamos una historia muy grande también: ¿qué tengo que hacer con mi vida? ¿cuál es el significado de mi vida? ¿cómo me aseguro de ser exitoso por los próximos 50 años? ¿qué pasa si tomo una decision que no me haga tan feliz como otra all final de mi vida?
Las historias grandes sobre historias grandes no funcionan.
Es como ver el Quijote con sus 1000 páginas y saber que nos lo tenemos que leer para el examen o cómo tratar de ver un documental de 9 horas sobre toda la Segunda Guerra Mundial. Son temas tan grandes que nos abruma el sólo hecho de empezar a lidiar con ellos.
Una historia tan grande sobre nuestra vida, que es grande, nos abruma de la misma manera. ¿Cómo comienzo hoy a pensar sobre algo que va a impactar toda mi vida? ¿Cómo convierto algo tan etéreo como “mi vida” en algo “terrenal” sobre lo que yo tenga control?
Si no logramos tomar acción no podemos crear la vida que queremos.
“One’s life is an aggregate of tendencies to act.” — William Kays (psychiatrist)
Pero las historias pequeñas sobre cosas pequeñas tampoco funcionan.
Cometemos el error de contarnos historias pequeñas sobre las cosas pequeñas de nuestras vidas: minimizamos le impacto de un hábito realizado una vez hoy, de las palabras que usamos para hablarnos a nosotros mismos y a otros o de cómo nos compartamos con los demás en un instante.
Hacer ejercicio 15mins es algo pequeño, y minimizamos los beneficios que tiene contando una historia pequeña, “son solo 15mins, no es nada, ni para qué”.
Lo hacemos para nuestra salud, nutrición, estudios, trabajo y relaciones. Minimizamos el impacto de las pequeñas acciones negativas y los beneficios de las pequeñas acciones positivas contándonos historias pequeñas.
Ninguno de estos 2 tipos de historia nos funciona. Una nos abruma y es tan pesada que nos detiene de tomar acción. La otra es tan inconsecuente que nos lleva a tomar cualquier acción sin pensar en las consecuencias.
¡Pero aunque esas historias no nos funcionen son poderosas! Si nos las seguimos contando, las seguimos creyendo y si las seguimos creyendo, nos siguen guiando.
Tener ansiedad de tomar acción y, a la vez, creer que cada acción es inconsecuente no es la manera en que yo quiero pensar acerca de mi vida. Yo quiero poder contarme otra historia.
Tenemos que contarnos una historia que nos permita tomar acción, pero que también nos enganche en el proceso, en las cosas pequeñas. La idea no es sólo esperar un resultado épico al final de nuestras vidas, sino que nuestros días y nuestras acciones pequeñas nos generen paz y felicidad.
Podemos comenzar a crear una historia pequeña del evento grande que es nuestra vida. Contemos la historia de cómo vivimos una vida épica hoy o hasta esta semana.
¿Qué podemos hacer hoy para acercarnos a la vida que queremos? ¿Qué podemos hacer hoy para que hoy mismo sea una historia de la vida que queremos?
¿Qué haría la heroína de esa historia hoy para mejorar su salud? ¿Qué haría el héroe de esa historia hoy en la mañana para tener una relación épica?
La idea es entender que la historia de la cosa grande (nuestra vida) está construida de muchas cosas pequeñas.
“If you'd like to do something bold with your life, you will have to choose to do something bold on a specific day…” — James Clear
Al hacerlas pequeñas las hacemos manejables y accionables. Esas historias son fáciles de contárnoslas todos los días en la mañana, son fáciles de compartirlas con otros, hacen más fácil sentir que las podemos vivir, pero a la vez sabemos que, aunque sean pequeñas, nacen de algo que nos importa.
Las historias pequeñas de nuestro Diseño de Vida hace nuestro Diseño de Vida real.
De la misma manera, las historias grandes sobre nuestras acciones diarias son los ladrillos que construyen nuestro Diseño de Vida.
Las cosas pequeñas de nuestra vida son los pensamientos pasajeros que tenemos, los hábitos que hacemos sin pensar, nuestro “to-do list” y cómo decidimos pasar nuestro tiempo libre. Si podemos ligar todas estas cosas pequeñas a una historia grande de nuestro Diseño de Vida, estoy seguro que comenzaríamos a verlas diferente. Esas historias nos ayudan a tomar las decisiones que, viendo hacia atrás al final de esa cosa grande de la vida, nos aliviamos de haber tomado.
De la misma manera en que una historia convierte a una hormiga en la Hormiga Atómica (si tienen menos de 35 años, sorry por la referencia) las historias que nos contamos sobre nuestros hábitos, decisiones y pensamientos del día día nos pueden dar superpoderes.
Le puedo dar superpoderes a mi esfuerzo de ir al gimnasio aunque no quiera o madrugar aunque la cama esté rica. Le puedo dar superpoderes a un gesto para mi pareja y pedirle perdon a mi hija por subir la voz hace 15 minutos. Le puedo dar superpoderes a aprender a escribir mejores emails o planificar mi trabajo del día.
Si cuento la historia correcta, me doy superpoderes a mí mismo a través de las cosas pequeñas, realizables y controlables que hago en el día a día.
Nota: En este Reel de Instagram les explico el poder de las historias pequeñas para crear cosas grandes.
Los humanos nos hemos apoyado en historias desde que existimos. Desde antes de poder escribir nos contábamos las leyendas del sol y la luna para asegurar que la información más importante sobre nuestros valores y supervivencia e identidad pasara de persona a persona.
Contamos historias porque funcionan para que algo nos importe. Contamos historias para inspirarnos, para hacernos sentir seguros y para ayudarnos los unos a los otros.
Nuestro Diseño de Vida es la historia más importante que nos contamos. Si contamos la historia correcta somos imparables. Si contamos la historia correcta vamos a tener el balance perfecto entre motivación, inspiración, sueños y acción, paz y felicidad en el corto y en el largo plazo.
Cuando consumimos una historia esperamos que cineasta, autor o TikToker haya hecho bien su trabajo y que nos enganche. Si no, pasamos a la que sigue.
Lo bueno es que nosotros somos lo que decidimos cuál historia queremos contar sobre nuestra vida y no solo podemos llenar el cine y asegurar que la pelicula nos inspire a tomar acción, también nos podemos ganar el Oscar al final.
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