Esta semana aprendí una nueva manera de ver mi toma de decisiones.
Decidir viene del latín decidere, que está compuesto por el prefijo "de-" que significa separación y el verbo "caedere" que significa cortar. Decidir, entonces, es separar cortando.
Tomar una decisión es decidir lo que vamos a cortar y dejar de lado. Cuando decidimos de cuál restaurante ordenar comida estamos realmente decidiendo de cuáles no vamos a ordenar.
Esta perspectiva me encanta porque ilumina la dificultad que la mayoría de la gente tiene acerca de tomar decisiones: quiere mantener sus opciones abiertas. No tomamos la decisión porque no queremos cortar una posibilidad pero al tener posibilidades abiertas no actuamos en un rumbo definido. Nunca vamos a estar satisfechos.
Cuando vayan a tomar decisiones hoy y en el futuro, entiendan que cortar todas las demás opciones les va a permitir enfocarse en la opción restante. Y eso es lo que trae crecimiento, resultados y paz.
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