Cómo tomar decisiones que generen más paz

February 23, 2024

¿Cómo puedo saber si las decisiones que estoy tomando hoy me van a llevar por el camino correcto?

¿Cómo sé si vale la pena el esfuerzo que estoy haciendo, la ansiedad que estoy sintiendo, la preocupación que me tiene despierto?

Nos hacemos esta pregunta porque sabemos que conseguir lo que queremos va a ser difícil — ¡si fuera fácil no nos preocuparía hacer el esfuerzo aunque los resultados sean negativos!

De hecho, hacemos miles de cosas “fáciles” aunque nos produzcan resultados negativos:

  • Vemos Netflix hasta la madrugada en vez de dormir porque es más “fácil” que tener una rutina de sueño
  • Pedimos Uber Eats porque es más fácil que hacer meal prep
  • Saboteamos relaciones porque es más fácil que tener conversaciones difíciles
  • Etc, etc, etc

Las cosas que queremos, que nos preocupan, son difíciles. No necesariamente difíciles a nivel técnico, sino que pueden ser difíciles a nivel emocional, de constancia y por reta nuestra identidad. Sabemos que las cosas que queremos nos obligarán a cambiar y cambiar siempre es difícil.

Podemos hacer cosas difíciles, pero quisiéramos, de alguna manera, saber que esa inversión en esfuerzo, dificultad y cambio valdrá la pena.

Nuestro uso de energía y nuestro esfuerzo tienen un costo de oportunidad.

Si queremos cambiar hacia un tipo de vida, no podemos al mismo tiempo estar cambiando hacia otro tipo de vida. Este costo de oportunidad lo sentimos intuitiva y racionalmente y queremos asegurarnos que las decisiones que estamos tomando sobre nuestra vida sean las correctas.

Pensar que una decisión "correcta" es la que nos genera el futuro que queremos significa que esperamos que un esfuerzo hoy nos produzca unos resultados específicos mañana.

El problema con eso es que si bien yo puedo dar el esfuerzo hoy, no puedo asegurar los resultados de mañana. Los resultados de mañana son completamente impredecibles, porque los resultados dependen de muchísimas más cosas que solo nuestro esfuerzo.

“Each plan is just one of many possible futures.” — Derek Sivers

Un modelo mental mucho más práctico (y que da mucha más paz) es ver la toma de decisión como el camino a muchos futuros posibles. La única manera de saber cuál de todos esos futuros será el que nos toca es decidir hacer el esfuerzo.

Y si eso es cierto para una decisión, es cierto para todas las decisiones.

De ahí que ninguna decisión es la “correcta” porque ninguna decisión tiene un solo futuro asegurado, sino múltiples posibilidades.

La incertidumbre mató al gato

Yo creo, después de hablar con clases llenas de estudiantes por antes, en decenas de talleres corporativos y con miles de personas en redes sociales, que no nos preocupa recibir resultados negativos. La gran mayoría de las personas, cuando se les pregunta, afirman que pueden lidiar con resultados negativos. Racionalmente saben que “el peor de los casos” no es tan malo y que tienen las herramientas para lidiar con la situación que se les presente.

Si no son los resultados negativos lo que nos hace cuestionar nuestras decisiones, ¿qué es?

No saber. No saber qué resultados vamos a obtener de dar un gran esfuerzo nos paraliza.

“People don’t want accuracy. They want certainty.” ― Morgan Housel, Same as Ever

Sabiendo esto de nuestra condición humana, ¿cómo podemos tomar decisiones de una manera que nos de paz de que decidimos correctamente?

2 cambios de mindset para tomar decisiones con más confianza

  1. Decidir el proceso, no los resultados

Una persona que siente paz a la hora de tomar decisiones es la que entiende que lo que está decidiendo no es si quiere unos resultados o no, sino que está decidiendo si está dispuesto a llevar un proceso de cambio o no.

El cambio de mindset de “¿quiero estos resultados?” a “¿estoy dispuesto a llevar a este proceso de cambio?” es valioso porque desliga la decisión de los resultados impredecibles y la liga a nuestras acciones, que están en nuestro control.

  1. Práctica > resultados

Nuestro diseño de vida se basa en nuestros valores — las cosas que son más importantes para nosotros — y nuestros valores los vivimos en el día a día en nuestras acciones, ¡no en los resultados que obtenemos!

La práctica diaria de nuestros valores, no nuestros resultados, son lo que hacen que una vida se sienta valiosa.

Si tomamos nuestras decisiones buscando los procesos que nos permitan practicar nuestros valores, sin importar los resultados, vamos a tener muchísima más paz.

“I don’t know where I’m going but I know exactly how to get there.” — Boyd Varty, The Lion Tracker's Guide To Life

Por ejemplo, uno de mis valores es “familia”. No voy a tomar decisiones sobre la crianza de mi hija pensando si la van a hacer millonaria en el futuro. Aunque sea difícil de asimilar, es imposible predecir si va a ser feliz o no. Lo que puedo hacer es tomar decisiones que maximicen mi valor de familiar en el día a día, ie. pasar más tiempo con ella, compartir experiencias, escucharla, tenerle paciencia, retarla a ser curiosa, etc. Si tomo esas decisiones, puedo estar en paz.

¿Cómo se ve eso, por ejemplo, en mi valor de “ser creativido”? No tomo decisiones pensando en resultados como tener una galería llena de cuadros o que la gente me respete por ser autor. Estoy tomando la decisión de dar mi esfuerzo al proceso de pintar y escribir todos los días. Sé que ese esfuerzo vale la pena porque estoy sacando el tiempo en el día para pintar, independientemente de si los cuadros son buenos o malos o regulares o si alguien los compra o no.

Nuestro esfuerzo vale la pena porque avanza lo que es más importante para nosotros y defiende el espacio en el día a día para tomar acciones que están ligadas a lo que es más importante para nosotros.

La decisión “correcta” es la que asegura que nuestro esfuerzo se enfoque en lo que es importante para nosotros.

Muy bonito todo pero, ¿y los resultados?

Es muy “iluminado” decir que los resultados no nos deberían de importar tanto como vivir procesos valiosos y alineados, pero seamos honestos: los resultados indudablemente sí nos van a importar porque somos seres humanos.

Lo interesante es que entre mejor podamos lidiar con cualquier resultado, menos importancia le ponemos al resultado en sí y más le podemos poner al proceso que decidimos llevar. Veamos 2 maneras de tener una mejor relación con nuestros resultados:

  1. Todos los resultados son épicos.

Los resultados son neutro, no son ni buenos ni malos. Son un punto de data. Nada más.

Bajé 3kgs, subí 1kgs. Gané $50,000, perdí $7. Mi hija entró a Harvard, mi hija quiere ser emprendedora.

Son solo resultados, no significan nada por sí solos. Nosotros les asignamos la historia.

Una historia que le podemos asignar es que son un barómetro para saber si las acciones que estamos tomando realmente nos están ayudando a maximizar lo que es más importante para nosotros en nuestro Diseño de Vida.

Si lo vemos así todos los resultados — cualesquiera que sean — valen la pena porque todos los resultados nos están enseñando y ayudando a caminar el camino más alineado a la vida que queremos vivir.

  1. Lo que sentimos con los resultados es lo valioso, no el resultado.

¿Por qué me hace sentir mal no haber perdido peso? ¿Literalmente quiero pesar menos kilos, o es que me hace sentir mal que no logro ser constante con un proceso de salud?

¿A mí realmente me importa mi peso o me importa tener autoestima? Y si lo que me importa es tener autoestima, ¿realmente debería construir mi autoestima alrededor de perder peso o debería construir mi autoestima alrededor de poder dedicar esfuerzo a las cosas que son importante para mí?

Los resultados sí son importantes en cuanto nos permiten explorar nuestro Diseño de Vida de una manera más profunda para que podamos tomar mejores decisiones de procesos de vida — no como el fin en sí mismo.

Las decisiones que valen la pena

Nadie sabe de antemano cuál es el proceso que le va a dar los resultados que quería. Es más, nadie realmente sabe de antemano cuáles son los resultados que quiere hasta que explora su Diseño de Vida a través de procesos de cambio.

Es en las ganas de contestar la pregunta de “no sabemos” que vivimos una vida épica. Contestar esa pregunta en nuestra práctica diaria es la única manera de aprender sobre lo que es realmente importante para nosotros y como actuar para maximizarlo.

Si la decisión que está tomando asegura que va a tomar acciones que lo acerca a sus valores, es correcta.

Los resultados que tal vez obtenga no son lo que hace que valga la pena, esos no los puede predecir, es el próximo proceso que escoge de acuerdo a esos resultados lo que importa.

“Don’t worry about making the right decision, worry about making the decision right.” - Dr. Ellen Langer, PhD en Psicología, Harvard

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