El mejor trabajo se hace cuando es difícil

El mejor trabajo no es el que se hace en la ausencia de dificultades, sino el trabajo que se hace gracias a las dificultades óptimas.

A ese nivel de dificultad David Epstein lo llama "strategic difficulty" y Malcolm Gladwell "desirable difficulty".

También la Ley de Yerkes-Dodson desmuestra que nuestro rendimiento o desempeño aumenta con nuestra excitación mental, pero sólo hasta cierto punto. Cuando la excitación mental es muy alta, el rendimiento disminuye.

Entender esto nos ayuda a modular nuestros proyectos para que nuestro desempeño - y los resultados - sean épicos:

• si la dificultad es muy baja: no aprendemos, no nos esforzamos, nos aburrimos, perdemos motivación y no se producen resultados épicos
• si la dificultad es muy alta: el trecho entre nuestras habilidades y las necesidades del proyecto es tan grande que no las podemos sobrellevar, nos estresamos, frustramos y nos da ansiedad, termina en no producir resultados
• si la dificultad es "deseable" u "óptima": es suficientemente difícil como para motivarnos a aprender y mejorar nuestras habilidades para poder lograr lo que el proyecto necesita, nos motiva, nos da confianza, refuerza nuestras habilidades, nos permite trabajar con otros en términos iguales y produce los mejores resultados.

Una buena manera de verlo es que si la dificultad es muy baja deberíamos de buscar llevar el proyecto a otro nivel, si no se puede deberíamos de renunciar a ese proyecto. Si la dificultad es muy alta deberíamos de intentar reducir el alcance y complejidad y si no se puede, deberíamos de renunciar.

Dediquemos nuestra energía a proyectos tan difíciles que sean épicos pero no tan difíciles que nos limiten hacer trabajo épico.