Sus "errores no forzados" lo alejan de la vida que quiere

March 14, 2024
¿Cómo sos cómplice en crear las condiciones de la vida que decís que no querés vivir? — Jerry Colona

Este ejercicio de journaling e introspección siempre me da una cachetada — ¡por eso lo hago mínimo una vez al mes! Me obliga a verme a mí mismo y la verdadera consecuencia de mis propias acciones (o falta de).

Es mucho más fácil y natural ver las cosas externas que afectan nuestra vida, pero es en las cosas internas en las que encontramos más oportunidades de mejora, de crecimiento y de control.

Nuestros errores "no forzados"

En deportes, los "errores no forzados" (unforced errors) son errores que un jugador comete en momentos donde no se encuentra bajo presión directa del equipo o jugador contrario. El error no forzado no es inducido por la habilidad o jugada del otro equipo, sino que en ese momento perjudica el partido por una falla propia en juicio, falta de concentración o su propio error técnico.

Por ejemplo, en baseball cuando el jugador bota una bola que tenía toda la posibilidad de atrapar o pasa la bola mal aunque tenía tiempo y permite puntos del equipo contrario. En tennis es común ver jugadores frustrados consigo mismos por golpear una bola en la red que no tenía ninguna dificultad.

En basketball también existen pero se llaman "turnovers": cuando yo un jugador le da la bola al otro equipo por un error propio, no porque los jugadores contrarios robaron la bola con su propio esfuerzo.

En nuestra vida, cometemos errores no forzados en momentos donde teníamos el control y la oportunidad de hacer mejor las cosas pero por una u otra razón no ejecutamos correctamente la acción.

Esos errores no forzados (que no son causados por agentes externos) nos alejan de la vida que realmente queremos vivir.

¿Mi culpa?

Si existen los "errores no forzados" también tienen que existir los "errores forzados".

Los errores forzados son los que nos detienen de avanzar, de crecer o por los que perdemos recursos debido a que un factor externo real nos obligó a cometer el error, no nosotros mismos.

Un ejemplo clarísimo es lo que le pasó al mundo entero durante la pandemia de COVID. Mucha gente perdió su trabajo y su crecimiento por un factor externo real, no por su propia culpa.

Otro ejemplo real y personal es que justo la semana pasada me pasó que uno de mis clientes me cambió una parte importante de un proyecto que venía trabajando desde hace 1 semana. Me lo cambió de última hora y tuve solo tres horas para recrear una semana de trabajo.

El estrés y energía gastada, el atraso en otros proyectos y hasta el sacrificio en calidad para poder entregar en 3 horas fue culpa de un agente externo, no mía. El "error" lo produjo alguien más. Un "error forzado".

Pero, ¿cuáles otras cosas nos atrasan, o detienen nuestro crecimiento, nos hacen perder recursos que sí son nuestra culpa?

Es muy común que, cuando hacemos introspección acerca de nuestra vida o cuando tenemos que rendir cuentas sobre nuestras acciones, justifiquemos los errores que hemos cometido diciendo que son culpa de las condiciones que otras personas o que "la vida" nos ha dado.

Si no podemos diferenciar entre los errores forzados y los no forzados no vamos a poder tomar control de nuestra vida para avanzar, crecer y tener más y mejores recursos.

¡Los eventos externos y las acciones de otras personas están 100% fuera de nuestro control! Si creemos que nuestros errores son culpa de otras personas o cosas, también creemos que nunca vamos a poder mejorar. Al creer eso no nos creemos dueños de nuestro Diseño de Vida sino que somos víctimas de lo que pase, sea buena o malo.

La única manera de crecer es en tomar acción para dejar de crear las condiciones de la vida que no queremos vivir y comenzar a crear las condiciones para la vida que sí queremos vivir. Y la única manera de hacer eso es poder identificar los errores no forzados que cometemos para poder cambiarlos.

Veamos este caso clásico que escucho por lo menos una vez a la semana:

"Me duermo tarde viendo Netflix y entonces cuando suena el despertador para poder ir a entrenar antes del trabajo lo apago. Quiero dormir más y digo 'no importa, entreno más tarde'. Más tarde mi jefe me puso más trabajo y no pude ir al gimnasio.

No entrené. No estoy feliz con mi salud. No estoy viviendo la vida que quiero."

Es muy fácil pensar que no es mi culpa, ¡fue mi jefe que no le importa mi vida personal y me pone más trabajo! La mayoría de la gente tiene el "default" en que es un error forzado.

Pero, la pura verdad es que la razón por la que no entrené no tiene nada que ver con mi jefe y tiene todo que ver con mi error no forzado: yo decidí dormirme tarde viendo Netflix, y ese cansancio me llevó a decidir apagar la alarma y no entrenar. Nadie me obligó a cometer ese error, es sólo mío.

La mayoría de errores no forzados que cometemos resultan de cómo diseñamos nuestro ambiente y de nuestro hábitos:

  1. Como muchos helados porque los compro en el super y están en el congelador. No es culpa de nadie ni nada más que mía.
  2. Me desconcentro viendo Instagram todo el día y me siento mal con mi productividad. Es mi propia culpa por tener el celular a la par de mi computadora mientras estoy trabajando.
  3. Me da miedo tener una conversación importante con mi pareja, entonces el problema se hace más grande hasta que estalla. Ese es un error no forzado de los dos, nadie nos forzó a no tener esa conversación.
  4. No avanzo en mi carrera porque no expongo mi trabajo o no soy proactivo en buscar oportunidades de crecimiento internas; espero que la empresa me de a mi las oportundidades de crecer en vez de buscarlas. Es mi culpa, no culpa de la empresa.

Ejercicio: ¿Cuáles errores no forzados tienen en sus vidas? Haga una lista de al menos 5.

La clave está en poder ver los errores no forzados aunque nos duela (y como duele)

Admitir nuestros errores no forzadas es admitir que somos falibles y es un proceso doloroso. Darse de cara con nuestras falencias siempre es difícil, nos da en el ego y puede alimentar inseguridades, ¡pero también puede ser épico si se hace con la mentalidad correcta!

Las 2 cosas más importantes de poder identificar los errores no forzados son:

Verlos como información épica, no un juicio sobre la persona que somos: no deberíamos de ver nuestros errores como evidencia de que somos malos, sino únicamente como data en un Excel que nos da información sobre lo que podemos mejorar.

En la serie de Fórmula 1 sacan tomas de ingenieros analizando data y gráficos de los carros. ¡Los ingenieros no usan esa data para culpar al carro por ser malo! La usan para saber qué tuercas socar o qué partes cambiar.

Tener esta información es valiosísimo porque los errores no forzados vienen ya sea de una falta de habilidad, de un error en proceso o de una falta de conocimiento. Si podemos identificar cuáles son esos huecos que tenemos en herramientas, en proceso o en conocimiento, entonces podemos corregirlos. Si nunca nos damos cuenta, si nunca llevamos un control de nuestros errores no forzados, nunca vamos a poder corregirlos.

Conocer nuestros errores no forzados es un gran privilegio porque entonces podemos tomar cartas en el asunto de ir a corregirlos.

Dejar de enfocarse en los errores que cometemos por razones externas y enfocarse en los errores no forzados nos cambia la vida: los errores no forzados perjudican muchísimo más nuestra vida que los errores forzados. De hecho, en deportes, los errores forzados ni siquiera se registran porque no le quitan valor al jugador.

Si a mí me roban la bola en un partido de basketball, eso no es una métrica negativa contra mí. Es un mérito para la persona que me robó la bola, pero yo no hice "nada malo" y no me "mancha el expediente".

Si esa persona no me roba la bola pero yo se la doy por culpa de un mal pase que hice, ese error no forzado no cuenta como un mérito para el otro jugador, pero yo sí obtengo una métrica negativa por hacer un "turnover".

Los errores forzados son algo que no podemos controlar. Está fuera de nuestro control si la persona contra la que estamos jugando es mejor que nosotros. Eso no lo podemos cambiar.

Lo que sí podemos cambiar es cuánto practicamos y estudiamos. Podemos controlar los hábitos que adquirimos o nos quitamos de encima. Podemos controlar la gente que escogemos como amigos y pareja. Podemos afectar el diseño del ambiente en que vivimos. Podemos afectar únicamente los errores no forzados.

Si seguimos cometiendo errores no forzados, ya sea porque no los hemos identificado, porque preferimos creer que son culpa de alguien más o porque los identificamos pero no tomamos los pasos para cambiarlos, entonces estamos siendo cómplices de la vida que decimos que no queremos vivir.

"Un error [consciente] repetido más de una vez es una decisión" — Paulo Coelho (el "consciente" lo agregué yo)

Todas las vidas son difíciles. Todas las vidas se ven afectadas por circunstancias que están fuera de nuestro control y no son nuestra culpa. Los errores forzados que cometemos a causa de esas cosas son válidos y entendibles; no son una estadística negativa en su expediente.

La meta no es no cometer errores — la meta es saber si los errores que cometemos son forzados o no para poder tomar responsabilidad por aprender o cambiar lo que sea necesario para dejar de cometer los que están en nuestro control.

A mí me da paz saber que no tengo que lidiar con todos los errores, sólo los que son mi culpa.

Claro, ¡tengo que poder asumir la culpa de mis errores no forzados para poder dejar de cometerlos!

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