Todos tenemos una fórmula personal de éxito. Para algunos la fórmula dice que no se puede alcanzar, para otros que el éxito viene sacrificando lo más importante y para otros puede ser saludable. ¿Cuál tiene usted?
En Inglaterra, a las afueras de Londres, hay un equipo de futbol que se llama Dorking Wanderers. Van de #14 en 5ta división. A simple vista no son nada especial, pero Dorking Wanderers comenzó siendo un equipo de amigos que jugaba los sábados por diversión y han subido 12 divisiones en 23 años. En promedio cada 2 años suben una división. Esto no pasa. Esto es especial.
Su dueño—que también es el entrenador—dice que su éxito ha sido que la cultura del equipo es la de ganar. No es, dice, que tienen el ego inflado y creen que van a ganar, es que saben cuál es la fórmula de éxito del equipo y que cada integrante hace su parte para que la fórmula de los resultados.
Escuchar la historia de Dorking Wanderers me recordó a un podcast de Rich Roll que pasó de ser un abogado mega exitoso a un adicto sin casa a un ultramaratonista y podcastero exitoso. Contando su historia decía que lo que lo llevó a su punto más bajo es que su fórmula de éxito siempre fue "sufrimiento = resultados" porque era lo que había visto en su familia y lo que había escuchado que otros abogados le decían. Seguir esa fórmula para el éxito lo llevó a abusar de sustancias para pasar más tiempo en la oficina sufriendo para poder ser más exitoso.
Dorking Wanderers encontró una fórmula de éxito sana y valiosa que les permite alinear los esfuerzos de toda una organización para lograr avances que ningún otro equipo ha tenido en el futbol inglés. Rich Roll siguió una fórmula de éxito basada en creencias erróneas que lo llevó a invertir sus esfuerzos y recursos en acciones malsanas que lo llevaron a casi perder su vida.
La fórmula de éxito en la que creamos, ya sea que la desarrollamos intencionalmente o que nos adoptamos a las creencias de otros, es lo que va a dictar las acciones que tomamos y, por consecuencia, los resultados que tengamos.
Yo me di cuenta que mi fórmula de éxito por mucho tiempo se basó en la creencia errónea de que yo tenía que dar más de lo que se esperaba de mi aún cuando no recibía valor equitativo de vuelta. Trabajaba día y noche en mi trabajo y mis relaciones aunque no recibiera valor de vuelta y eso, más bien, me estaba alejando del éxito personal y profesional que quería.
En los últimos años he re-estructurado mi fórmula de éxito para que sea más sana, más respetuosa con mis valores y que asegure que genere el éxito según mi definición. Mi machote de fórmula de éxito se ve algo así:
Por ejemplo, en el caso de mi éxito profesional, mi evidencia me dice que si soy constante en compartir mis ideas de una manera genuina, que si trabajo en generar valor para otros resolviendo problemas de una manera que sólo yo puedo resolver, que si desarrollo mis habilidades con proyectos creativos y los comparto y que si propongo proyectos valiosos aunque no me los hayan pedido y mando los emails de venta aunque me de miedo — voy a tener éxito.
Además, teniendo claros mis valores ya sé que todo lo anterior lo debería de hacer de manera curiosa, creativa, con ganas de aportar valor a otros y nunca en detrimento de mi familia.
Interiorizar esta fórmula de éxito me hace muy fácil tomar decisiones en el día a día. Ya sé qué tengo que hacer y cómo lo tengo que hacer para tener éxito porque desarrollé una fórmula intencional, no basada en creencias sino en evidencia, y que maximiza las cosas personales más importantes para mi (mis valores).
1. Introspección: lo primero es entender si, como Rich Roll, tiene creencias sanas (o no) sobre cómo se logra el éxito. Yo recomiendo hacer journaling y contestar estas preguntas:
2. Definir qué significa éxito específicamente para usted y nadie más: defina los ingredientes de cómo se vería una vida exitosa para usted. No hay ingredientes incorrectos, lo único importante es que sean los que usted realmente cree. Puede incluir temas profesionales, de riqueza, de relaciones, etc.
3. Sea un detective y busque la evidencia de lo que produce ese éxito: ¿cuáles acciones, mentalidades y estados emocionales puede comprobar que lo han llevado a tener el éxito que definió antes? Esta evidencia es la clave de su fórmula de éxito.
4. Defina sus valores: ¿qué es lo más importante para usted? Defina la persona que quiere ser y las cosas que no está dispuesto a sacrificar en su vida. Esto le va a indicar cómo tomar las acciones que definió en el punto anterior. Por más evidencia que tenga que una acción produce resultados, si para tomarla tiene que sacrificar lo más importante para usted entonces no debería de tomarla.
5. Defina y revise su fórmula de éxito: Escriba su fórmula en algún lugar que pueda ver siempre. Éxito = acciones + actitudes + mentalidades. Sea fiel a la fórmula y analice cómo se siente y los resultados que obtiene. Revise su fórmula periódicamente (cada 3 meses es bueno), y piense cómo se siente, si está obteniendo resultados de manera sana o si va por mal camino.
Todas las vidas son difíciles. Tenemos que manejar nuestros deseos con nuestras obligaciones y tomar decisiones esperando que ojalá nos acerquen a “esa vida” que queremos vivir. Para lograr procesar todo y navegar esa complejidad adoptamos “fórmulas” — ya sea intencionalmente o inconscientemente. Una fórmula intencional y sana no nos va a asegurar nunca resultados épicos el 100% del tiempo (eso es imposible), pero si aumenta la probabilidad de conseguir los resultados que queremos de la manera que queremos.
Nadie quiere ser exitoso a costa de su felicidad, pero si estamos dispuestos a ser infelices si creemos que es la única manera. Cambiemos eso hoy.
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