Las cosas que hacemos o que tenemos no nos hacen felices. El valor que obtenemos por esas cosas sí.
Hace años tuve una sesión de consultoría que me partió el corazón. Era el caso de una persona que estaba esforzándonse muchísimo con buena intención pero que, por no rendirse con ese esfuerzo, estaba poniendo en peligro el bienestar de su familia.
Él era emprendedor ya tenía años batallando para lograr que su negocio despegara. Su pareja estaba muy preocupada porque ella quería apoyarlo pero estaba poniendo en riesgo la estabilidad financiera de la familia (que incluía hijos) y él tenía actitud de "yo no me voy a rendir, yo soy emprendedor y los emprendedores no se rinden".
Me puso triste porque nadie estaba haciendo nada "mal", de hecho esa perseverancia es loable, pero si seguían por ese camino no solo no iban a estar felices sino que podrían tener repercusiones financieras y familiares grandes.
El emprendedor estaba buscando validación y colocando todo su esfuerzo en la herramienta: emprender. Donde realmente debería de estar enfocado es un los resultados que la herramienta de emprender puede generarle: riqueza, creatividad, autonomía, etc. pero no es la única herramienta que los genera, es solo una de muchas.
Es importante tener claro cuál es el resultado que queremos para nuestra vida (nuestros valores de Diseño de Vida: familiar, estabilidad, riqueza, aventura, impacto, salud, creatividad, libertad, etc.) y entender que las herramientas que escogemos no son el fin — el fin es el resultado.
Si la herramienta se convierte en el fin corremos el riesgo de no darnos cuenta (o no querer aceptar) cuando la herramienta no está funcionando para poder cambiarla.
Ser emprendedor, ser profesional, casarse, estar soltero, hacer CrossFit, correr maratones o no hacer ejercicio del todo...todas son herramientas. Pero sólo eso, herramientas. El único objetivo de las herramientas es ayudarnos a maximizar lo que más nos importa en nuestras vidas. En el momento en que no lo facilitan, deberíamos de cambiarlas.
Hoy quiero que piensen en sus valores o pilares de vida. Puede ser su familia, su libertad, su estabilidad financiera, su creatividad, su aventura, etc. — escríbanlos.
Ahora, escriban a la par de cada uno las herramientas que está usando para lograrlos. A la par de cada herramienta — siendo honestos — escriban si creen que esas herramientas los están ayudando a avanzar hacia eso o si los están perjudicando.
Por ahora, no hagan nada más, cambiar de herramientas no es fácil. Muchos hemos desarrollado nuestra identidad alrededor de una herramienta y eso hace difícil cambiarla, ie. "soy emprendedor", "soy contador", "soy malo haciendo ejercicio", etc. No la traten de cambiar hoy, sólo interioricen si sus herramientas les están ayudando a ustedes y sus familias o no.
Lo más importante es recordar que no hay orgullos en insistir en una herramienta equivocada solo por no "rendirnos". Cambiar de herramienta no es rendirnos porque no somos nuestras herramientas — somos personas que usan la herramienta necesaria en el momento necesario para lograr sus objetivos.
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a hacer tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
