La manera de tener entrevistas de trabajo que da paz

February 24, 2023

El año pasado se me presentó una oportunidad que me pudo haber cambiado la vida.

Apliqué a un trabajo para el que jamás pensé que podía estar calificado y me escribieron a decirme que les encantaba mi perfil. Tuve una primera llamada y fue épica, nunca lo sentí como una entrevista porque conecté con la persona como si fuera un amigo y además nunca me iban a contratar.

Pero al día siguiente me escribió a decirme que lo había impresionado muchísimo y quería ponerme un proyectito de prueba. Ahora sí había una posibilidad.

Ahí todo cambió. Mi curiosidad y ganas de hablar de un tema que me apasiona se convirtieron en ansiedad y estrés. Ahora sabía que era posible lograr ese rol soñado. Ahora tenía miedo.

Hice el proyecto y me fue mucho mejor de lo esperado. Pero nunca lo pude saborear - tenía miedo. Revisaba mi correo todas las horas de todos los días para ver si me iban a dar noticias. Cuando escribía en mi journal escribía mi estrategia para tratar de que me contrataran.

Le decía a Macho (mi socio de vida): "Mae, ¿y si me meto a LinkedIn y busco a las personas y entablo conversación con ellos para que me conozcan y piensen mejor de mi?". Me estaba volviendo loco.

Y en esas habladas con Macho me di cuenta que mi estrategia era totalmente contraproducente. Mi estrés y presión por querer que me contraran no me estaba llevando a hablar bien de los temas que me apasionaban, ni a presentarme como una persona con la que otros quisieran trabajar. No estaba actuando como la persona que podía resolver esos problemas, estaba actuando como la persona que quería que lo contrataran - que es diferente.

Cambié mi abordaje a la entrevista final completamente. Mi meta dejó de ser que me contrataran y se convirtió en darles a ellos toda la información, de la manera más clara y llevadera posible, para que ellos pudieran tomar la mejor decisión para ellos.

Yo no puedo controlar la decisión que ellos van a tomar. ¡Ni siquiera sé cómo van a tomar la decisión! Y si no puedo controlar esa decisión no me debería de estresar por la decisión.

Lo que sí puedo controlar es ayudarles a tomar la mejor decisión para ellos. Enseñarles lo que sé y no sé, enseñarles mi pasión por el tema con tranquilidad y hacerlas preguntas genuinamente curiosas.

Ellos son unos cracks, ya tomarán la decisión que es correcta para ellos y yo no la puedo controlar.

Llegué a estar en la dupla final de ese proceso y no me contrataron.

Pero sí me agradecieron mi proceso de entrevista y la ayuda que les di durante ese mes y medio. Me sentí épico y todavía lo mejor de todo es que ese proceso me dio paz.

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