La paradoja de Moravec dice que es más difícil para un robot o una inteligencia artificial replicar acciones "sencillas" que "complejas".
Es contra intuitivo pensar que los robots pueden ser "tontos" en lo que nosotros somos "genios", pero es así. Cualquier cosa que tenga que ver con habilidades sensoriales, motoras, emocionales, las "más sencillas" son el problema más difícil de resolver en inteligencia artificial y tecnología. Pero las cosas más "racionales" o "intelectuales" en realidad requieren poco poder computacional.
Steven Pinker (famoso psicólogo cognitivo) lo dice así: "Las habilidades mentales de un niño de cuatro años que damos por sentado, reconocer una cara, levantar un lápiz, cruzar una habitación, responder una pregunta, de hecho, son los problemas de ingeniería más difíciles jamás concebidos. [...]los jardineros, recepcionistas y cocineros pueden estar seguros en sus trabajos en las próximas décadas."
A mí me encanta esta idea porque significa que los humanos no podemos escondernos detrás de habilidades académicas o intelectuales, sino que tenemos que desarrollar las cualidades que todos tenemos por ser humanos: coeficiente emocional, habilidades manuales, comunicación, relaciones humanas, etc.
Me gusta pensar en un mundo donde los Premios Nobel son para "mejor amigo" o "mejor comunicador" o "mejor ebanista". ¿Se imaginan?
Yo hago una pregunta sencillísima que les conté aquí hace un par de semanas "¿Qué querían ser cuando fueran grandes?" y la mayoría de respuestas que recibo son las profesiones que los robots no pueden ocupar. ¿Será que los robots nos van a permitir la vida que queríamos vivir cuando éramos pequeños?
Mi lección de todo esto no es dejar de lado el crecimiento en habilidades técnicas, pero darle más peso a las habilidades humanas, porque las humanas los robots no las pueden copiar...
...por ahora 😂
Cero spam. Sólo mis mejores ideas y de vez en cuando anuncio de productos épicos diseñados para ayudarles a diseñar sus vidas y/o mejorar sus habilidades de negocios.
Gracias por leer. Realmente hace una diferencia. Mi meta es ayudar a 5,000 personas a hacer tomar acción en su diseño de vida y sus proyectos profesionales. El año pasado logré apoyar a 1,890 personas a través del newsletter, 300 personas a través de recursos gratis y 217 personas a través de mis talleres, cursos y productos digitales.
