Tomar caminos vs aceptar misiones

Para tener una misión se necesita una razón.

Es de mis rimas invetadas que más orgulloso me hacen porque explica un cambio de mentalidad importantísimo que todos tenemos que hacer.

Y es el cambio de ver todo en la vida como "un camino" donde hay un mapa con una ruta a entender que algunas cosas en la vida son una "misión" donde ni el mapa ni la ruta están definidas.

El colegio y la universidad son "caminos". La ruta está definida. Asegúrese de llegar bien del punto A al B al C y va a llegar a su destino. Podemos ver nuestra profesional así también y probablemente lleguemos bien.

¿Pero qué pasa con mi vida personal? ¿Qué pasa con si quiere desarrollarme profesionalmente en una ruta que no está definida?

Una "misión" es como un "quest" de video juegos. Imagínense que son Zelda buscando pistas para llegar al reino Hyrule. No hay un camino, hay que entrar a casas y castillos y bosques a ver qué hay. En muchos no hay nada, en otros hay pistas que no entendemos.

Eso es frustrante. ¿Por qué estoy haciendo todo este esfuerzo si ni siquiera tengo asegurado llegar al reino?

Para poder sobrellevar esa frustración, incertidumbre y hasta miedo tenemos que tener una razón suficientemente importante.

En mi experiencia esas razones importantes pueden ser convertirse en la persona que uno quiere ser (identidad), ayudar a otras personas de nuestra familia (comunidad), ayudar a otras personas del mundo (altruismo). Incluso para gente religioso o espiritual esos valores son buenas razones para lograr cosas difíciles.

Un camino lo podemos seguir sin razón porque el riesgo es poquísimo, pero hacer la búsqueda árdua de encontrar algo que no sabemos exactamente como se logra necesita una razón.